Reflexiones

LA PASIÓN DEL SER HUMANO

Su cuerpo, hecho de barro, se vio insuflado por el hálito de vida, un génesis bien descriptivo para un comienzo singular.
La materia sería el soporte funcional para que el espíritu experimentara el milagro de la vida.
Naturaleza y Hombre fueron uno en cuerpo.
Distintos tipos de inteligencia conducirán su devenir.
La evolución tomó por sorpresa al hombre que cimentó su futuro en base a decisiones.
La mente comenzó entonces a jugar un rol preponderante en el accionar del ser.
Fue el momento crucial en que se abandonó la concepción de la unidad, para adoptar una visión parcial y segmentada del todo.
El cerebro obediente, prestó un diez por ciento de su capacidad para que la mente pudiera recrear tal separatividad, una ilusión difícil de concebir en aquellos instantes.

Por primera vez se percibió entonces la soledad como un estado en este ser moderno y manso.
Tal vez, la puerta que se abrió, alejó al ser de si mismo y lo conectó con una nueva visión deslumbrante y cegadora.
El camino entonces fue difícil de reconocer y se había roto el cordón de Ariadna.
Solo los puros, nostálgicos del edén perdido, intentaron salvar el conocimiento antiguo.
Los místicos aseguran que ese conocimiento liberador fue ocultado en el lugar mas misterioso del universo y más difícil de ubicar: el corazón del ser humano.
Miles, muchos miles de años han pasado y ese conocimiento sigue
esquivo.
Fueron enviados seres muy especiales en diferentes épocas y humanidades a recordarnos el mapa del tesoro, el camino de retorno a casa.
Sin embargo, el barro se resquebajaba ante semejante vibración.
Le habíamos cambiado el significado a la palabra vida, y la mente se negaba a reconocer su origen espiritual.
Algunos espíritus viejos, cuya mirada traspasa el velo de la ilusión, advirtieron y advierten sobre el engaño.
Mas la lección principal no había caído en tierra infértil.
Hasta que todas las partes no sean nuevamente una, no se traspasaría el umbral.
Cerca estamos de esta masa crítica que cambia la conciencia de todos y del todo.

Será un amanecer colectivo como solo una vez se haya visto antes.

Y un nuevo comienzo quizás deje el fuego encendido, en otro tiempo, otro lugar y dentro del mismo todo.

La pasión del ser humano toma por propia la voluntad del creador y es.

AUTOR: Eduardo Guarise